Alemania muestra sus garras en una exhibición ante Escocia para abrir la Eurocopa

MUNICH, GERMANY - JUNE 14: Jamal Musiala of Germany celebrates with teammates after scoring his team's second goal during the UEFA EURO 2024 group stage match between Germany and Scotland at Munich Football Arena on June 14, 2024 in Munich, Germany. (Photo by Alexander Hassenstein/Getty Images)

Alemania parece decidida a hacer buena conocida frase de Gary Lineker en esta Eurocopa en la que actúa de anfitrión. Su carta de presentación fue inmejorable, acabando con Escocia en un primer tiempo en el que se desbordó el talento de los más jugones (5-1).

A muchos meses de dudas y de críticas se tuvo que enfrentar Julian Nagelsmann, que heredó las riendas de un Hansi Flick al que no le fue bien con la Mannscahft. Algunos teorizaban con un serio fracaso, pero Alemania siempre vuelve y confirmó las buenas sensaciones de los últimos amistosos con un estreno colosal que hizo empequeñecer a Escocia hasta tal punto que pareció un juguete en sus manos.

Todo fue más fácil desde que Steve Clarke decidió dar un extremadamente defensivo a los británicos. Kroos, prácticamente libre, empezó a mover a sus compañeros con su calidad y velocidad en la circulación y con eso estuvo perdido Escocia. Porque encima los más jóvenes, a los que les suele pesar una inauguración de la Eurocopa, más en tu propio país, rindieron como veteranos. Fue un ‘show’ particular de Julian Wirtz y Jamal Musiala, dos jóvenes de 21 años que demostraron ser el cimiento de una nueva generación.

Empezó destacando el del Bayer Leverkusen. Una necesitó para demostrar que se trata de un jugador generacional. Vio el espacio libre, se la pidió a Kimmich y le pegó de primeras para que se cantase bien pronto el primer gol de la Eurocopa (10′). No tardó en caer el siguiente. Se sumaron a la fiesta Havertz y Gündogan, que trazaron una gran jugada culminada por Musiala (19′).

No podía estar más amedrentada Escocia. Robar y perder el balón al instante, en eso consistía su partido. Y la cosa se puso todavía más cruda. Mientras el del Bayern hacía jugadas inverosímiles, Gündogan fue decisivo de nuevo. Se sumó desde la segunda línea, remató de cabeza sin fortuna y en el rechace recibió una entrada feísima de Porteous. No la vio el árbitro, que dejó seguir, pero el VAR le llamó a filas y no hubo duda. Los tacos clavados en el tobillo del azulgrana fueron prueba suficiente para merecer la roja. Penalti que transformó Havertz (45′), aunque la mejor noticia fue que Gündogan pudo continuar.

Lógicamente, con esa renta y superioridad numérica, el trabajo ya estaba hecho. Aprovechó Alemania no para bajar el pistón, porque bien que buscó el cuarto, pero para no arriesgar y poder perder algún jugador por el camino. Es por esto que Escocia, pese a ser uno menos, aun pudo pisar de forma aislada la meta de un Neuer que no tuvo que intervenir ni una vez en todo el partido.

Ya en el descanso Nagelsmann decidió sustituir a Andrich, que hizo de soldado cubriendo las espaldas de Gündogan y Kroos, por Gross y con el paso de los minutos retiró a Wirtz y Havertz, ambos ovacionados, para refrescar con Sané y Füllkrug. Y ese segundo se quitó el mal sabor de boca de la final de la Champions League con una barbaridad de latigazo a los cinco minutos de entrar que supuso el cuarto del duelo (68′). Y por poco fue otro, y es que unos pocos centímetros evitaron que lograra un doblete al estar en posición de fuera de juego.

Quiso llamar la atención en esos pocos minutos Leroy Sané. Nada contento seguramente por ser suplente con Alemania, el extremo salió a dar la nota con jugadas personales, pecando de individualista y de precipitado. Complicado ganarse un hueco de esta forma y sentar a Musiala o Wirtz. Una nota negativa a la que se sumó, casi sin querer, el encajar un tanto de Escocia. Con tono alemán, porque fue Rüdiger quien, sin querer, se metió el balón en propia meta tras un testarazo de McLean que se iba a saque de banda (87′).

Aun así, el Allianz Arena fue una fiesta total y pudo celebrar la manita, obra de Emre Can (93′). La afición, entregada, vitoreó cada buena acción y despidió también entre honores del césped a Musiala y Kroos, que cogieron algo de aire para el siguiente duelo frente a Hungría, en el que Alemania llega como la gran candidata a campeonar en su propia casa.

Nota completa con texto gracias a MUNDO DEPORTIVO

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